Se trata de un recinto amurallado, reforzado con seis torres cuadrangulares y que cuenta con una superficie aproximadamente de 5.000 m2.
El yacimiento ya es conocido a finales del siglo XIX, por el historiador local, Roque Chabás, aunque será el arqueólogo alemán Schubart, en los años 60, el que realice la primera excavación, puramente superficial, pues únicamente pretendía descifrar aspectos culturales y étnicos relativos a sus posibles habitantes.
Fue durante la segunda excavación, en los 90, dirigida por el departamento de Prehistoria y Arqueología de la Universidad de Valencia, con la colaboración del Museo Arqueológico de Dénia, cuando verdaderamente sale a la luz, gran cantidad de cultura material, así como el descubrimiento de varios lagares, que son considerados como los más antiguos del Mediterráneo Occidental.
Todos estos descubrimientos, nos cuentan las relaciones entre indígenas y comerciantes fenicios a lo largo de los siglos VII-VI a.C, a este período se le conoce como "orientalizante" y nos define la transición entre el Bronce Final y el Hierro Antiguo en la zona de Levante.
Fruto de estas relaciones, surgirá un nuevo modelo de sociedad y la cultura que hoy conocemos como "Ibérica"
La muralla que protegía al recinto, esta hecha de mampostería trabada con tierra, se unen las piedras con argamasa sin ningún orden de hiladas o tamaños, bastante irregular y con una anchura entre 80 y 1,40m.
Debido a lo accidentado del terreno, primeramente se construyó una idea de terraza, para nivelar el suelo y posteriormente sobre esta se levantaron las murallas, la peculiaridad esta en que las murallas, a su vez, formaban la pared trasera de muchas viviendas.
A esta muralla, que defendía el tramo occidental se le sumaba la defensa natural, que formaba el imponente desfiladero que flanqueaba el tramo oriental.
La finalidad de este complejo amurallado, que a simple vista parece tener una importante misión defensiva, que la tiene, viene más a cuento de lo que protegían, y no era a la población, pues no se trataba de un poblado, sino más bien a lo que producían, el vino.
Y es que el vino era un bien muy preciado, y por ende, codiciado, la uva era recogida en el campo para posteriormente ser transportada al complejo, y a través de los lagares y las balsas, transformarla en vino.
Para el almacenamiento del vino, fue importante la cerámica, y quizás en esto, podríamos hablar de un yacimiento ejemplar, pues los niveles estratigráficos, nos detallan a través de tres niveles, esta transición del Bronce Final al Hierro Reciente, pues en el nivel inferior, se descubrió únicamente cerámica hecha a mano, fabricada por los indígenas, ya en el nivel intermedio, se descubrieron tanto cerámica a mano como a torno, aquí ya observamos la influencia fenicia, y será en el nivel superior, donde los únicos restos cerámicos sean ya mediante fabricación a torno, ya plenamente en el Hierro Reciente.
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